El virus papiloma humano – o HPV por sus siglas en inglés – son un grupo de virus que infectan la piel y el epitelio de las mucosas en sitios específicos del cuerpo humano, produciendo lesiones que pueden no ser visibles al ojo humano.  Algunas de estas proliferaciones – denominadas papilomatosas – cuando son producidas por tipos específicos de VPH conllevan un alto riesgo de malignización; es decir, de progresión hacia el cáncer.

Entonces para simplificar podemos dividir los VPH en dos grandes grupos: los que afectan el epitelio cutáneo (piel) y los que afectan al epitelio mucoso (la delicada piel que recubre cérvix, vagina, glande, ano, garganta y boca).

En lo que respecta a políticas de salud, el foco principal está orientado a los VPH que infectan los epitelios mucosos ya que el cáncer de cuello uterino es la neoplasia maligna ginecológica más común y una de las principales causas de mortalidad por cáncer en las mujeres en todo el mundo.

Según las estadísticas del Centro Mundial de Información de VPH (HPV Information Centre) el mundo tiene una población de 2.784 millones de mujeres mayores de 15 años que están en riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino, y estiman que cada año mueren 311,365 mujeres a causa de la enfermedad.

El cáncer de cuello uterino es el tercer cáncer más frecuente entre las mujeres en el mundo; además, existe evidencia de que el VPH es un factor importante en otros cánceres ano-genitales (ano, vulva, vagina y pene), así como en los cánceres de cabeza y cuello debido a la infección de boca y garganta.

 

 

Tipos de VPH

Se han caracterizado de manera completa más de 160 tipos de VPH y cada uno se lo identifica con un número. Los avances científico-tecnológicos permiten engrosar el listado y profundizar el conocimiento que tenemos sobre estos virus.

Dentro del grupo de VPH que infectan los epitelios mucosos podemos hacer una segunda división: los de alto riesgo de producir lesiones cancerosas y los de bajo riesgo que producen lesiones benignas.

Los tipos de alto riesgo conocidos son 15: VPH 16, VPH 18, VPH 31, VPH 33, VPH 35, VPH39, VPH 45, VPH 51, VPH 52, VPH 56 VPH 58, VPH 59, VPH 68, VPH 73, VPH 82. Hay 3 tipos que se han clasificado como probablemente de alto riesgo (VPH 26, VPH 53, VPH 66), habiendo también virus que aún se clasifican como indeterminados por su baja frecuencia.

Descubrimiento y avances en investigación

En el año 1842 Domenio Rigoni-Stern asoció el desarrollo de cáncer de cuello uterino con la transmisión sexual, pero pasaron 141 años hasta que, en 1983, Herald zur Hausen y su equipo de investigadores – gracias a los avances en la tecnología de secuenciación del ADN – pudieran comprobar la vinculación de cáncer de cuello uterino con la infección por VPH.

Hoy en día el genoma de varios tipos de VPH se encuentra completamente secuenciado. Esto permitió establecer la relación entre los tipos virales y el riesgo de desarrollar cáncer; así como crear herramientas para detectar los distintos tipos de VPH (incluso en personas sin lesiones) y desarrollar vacunas para los tipos virales más frecuentes.

“El cáncer cervicouterino se puede tratar y curar si se detecta temprano. Si no se da tratamiento el cáncer cervicouterino es casi siempre fatal”.   Organización Panamericana de la Salud.

El VPH es un virus que co-evoluciona con su huésped; es decir, evoluciona con el ser humano y lo acompaña desde los albores de la especie. Está característica permite relacionar la evolución y migraciones humanas con la evolución y migración del virus. Existen datos históricos interesantes, por ejemplo: La reina Tiyi (una momia egipcia) tenía una verruga por HPV en la frente; en los restos de María de Aragón Marquesa de Vasto (1503-1568, Italia) se encontró VPH18; Aurelia Gabriela Tizón y Eva Perón (primera y segunda esposa de Juan Domingo Perón respectivamente) fallecieron de cáncer de cuello uterino, lo que nos hace pensar que probablemente los tres hayan tenido infección por VPH.

Efectos en la salud

El VPH es una infección muy común, aunque la mayoría de las personas infectadas eliminan la evidencia del virus sin desarrollar nunca manifestaciones clínicamente reconocidas. Por tanto, muy pocas personas infectadas con el VPH progresan a un cáncer de cuello uterino invasivo.

El VPH puede afectar tanto a mujeres como a hombres, la mayoría de las personas sexualmente activas estarán infectadas por el VPH alguna vez en la vida, aunque sin consecuencias. El VPH puede ser transmitido incluso cuando la persona infectada no tenga signos ni síntomas.

 

Modos de transmisión

El riesgo de contraer el VPH se produce a través de relaciones sexuales (sean vaginales, anales, orales; etc.)

En general la infección por VPH se considera una enfermedad de transmisión sexual, aunque, a diferencia de otros virus de transmisión sexual, no se trasmita por fluidos (secreción vaginal, líquido seminal, sangre o saliva) sino por contacto de piel con piel.

El uso de preservativos no provee protección completa contra el VPH, aunque puede proteger de otras infecciones y de embarazos no deseados.

Vacuna: ¿para qué sirve? ¿es efectiva? ¿cuál es su alcance?

La función de cualquier vacuna es “enseñar” al sistema inmune a defenderse de un agente infeccioso con el que aun no tuvo contacto.

La vacuna del VPH sirve para prevenir la infección por el VPH antes del inicio de la actividad sexual, por lo que es importante realizar la vacunación de niñas y niños antes del inicio de la actividad sexual.

Hay tres vacunas profilácticas contra el VPH disponibles en todo el mundo. EN 2006 se autorizo el uso de la vacuna tetravalente que actúa contra VPH 16, 18, 6 y 11; en 2007 se introdujo la vacuna bivalente contra VPH 16 y 18 y en 2014 se hizo disponible la vacuna nonavalente contra VPH 16, 18, 6, 11, 31, 33, 45, 52 y 58. Las tres vacunas ofrecen una eficacia comparable en la prevención del cáncer de cuello uterino desde la perspectiva de la salud pública, ya que el agente causal del 80% de los mismos son el VPH16 o el VPH18.

 

 

En cuanto a la efectividad en la prevención del cáncer de cuello uterino, el efecto neto de la vacunación se observará cuando las cohortes vacunadas tengan más de 30 años; tiempo necesario para que una lesión evolucione al cáncer.

Colaboré en un estudio que se realizó en Argentina que evaluaba la efectividad de la vacuna (comparando cohortes no vacunadas vs vacunadas), donde se observó que la prevalencia del VPH 16/18 disminuyó en más del 93% en niñas vacunadas sexualmente activas, lo que demuestra una alta efectividad. También se observaron efectos de protección cruzada para HPV31 y HPV45. Como conclusión, con el tiempo deberíamos ver una reduccion de lesiones cervicales, disminución de tratamientos vinculados al cáncer de cérvix y, en última instancia, una disminución de la carga de morbilidad y muerte por cánceres relacionados con el VPH.

¿Por qué es tan importante la prevención?

La educación, información y prevención son de suma importancia.  Una infección por VPH puede desaparecer por sí misma, sin síntomas y sin evolucionar hacia el cáncer, pero hay factores (ver cuadro) que aumentan el riesgo de padecer una infección persistente, y por consiguiente, un mayor riesgo sufrir cáncer de cuello uterino.

No hay que olvidad que, aunque con menor frecuencia, la infección por VPH persistente puede derivar en cáncer de garganta, cuello, cabeza y ano tanto en hombres como en mujeres, y en cáncer de pene en hombres.

Consejos para la prevención del VPH

La infección por VPH es muy común y la mayoría de las personas se infectan después del inicio de su vida sexual. Mis consejos serían los mismos que da la Organización Panamericana de la Salud:

1) Educar a niñas y niños sobre la sexualidad y la infección por VPH, según su edad y cultura.

2) Promover la vacuna contra el VPH.

3) Promover el uso de preservativos entre quienes están sexualmente activos.

4) Advertir sobre los riesgos del uso del tabaco.

 

Sobre la autora del presente artículo

María Elina Totaro es Licenciada en Genética y doctorando en Ciencias Aplicadas, actualmente su trabajo se centraliza en el área de biología molecular del Virus Papiloma Humano (VPH), agente etiológico del cáncer de cuello de útero, y los proyectos en los que participa incluyen la detección y tipificación de tipos virales de alto riesgo; la secuenciación y análisis de genes virales involucrados en el proceso de oncogénesis, utilizando técnicas de extracción, amplificación y purificación de ADN viral. También tiene publicados artículos en relación con la temática de VPH en revistas científicas, y ha recibido becas del Consejo Interuniversitario Nacional, y  de la Comisión Nacional Salud Investiga del Ministerio de Salud de la Nación para la investigación del Virus Papiloma Humano Tipo 16 y su relación con el desarrollo del cáncer de cuello de útero.

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