Hace casi un siglo Friedrich W. Nietzsche señaló “Somos, por nuestro destino, seres ilógicos, y por lo mismo injustos, y, sin embargo, no podemos reconocerlo. Tal es una de las mayores y más irresolubles inarmonías del universo.”

Es sobre los aspectos oscuros y siempre dejados de lado de la razón sobre lo que quiero compartir en este artículo.

“Lo irracional domina nuestras vidas” y, para mostrar que aún las intenciones más ilustradas, han fracasado, quiero recordar que la Razón fue descubierta en la antigua Grecia y subida a principio casi divino en la modernidad en Europa.

La Revolución Francesa de 1789 confiscó las Iglesias Católicas para hacer Templos de la Razón.

Precisamente esto muestra la contradicción inexpugnable de intentar modelar la sociedad conforme a la Razón.

Iglesias convertidas en Templos. ¿No es absurdo? Irracional dar a la razón un templo: ¿iremos a rezar?

Cualquier triunfo de la Razón es temporario y, además, reversible.

Nos encontramos con un problema dialéctico, ya que la razón contiene su opuesto. Por lo tanto, es irracional intentar eliminar la irracionalidad.

La facultad mental de la Razón es el cimiento sobre el que asienta la filosofía social de la Ilustración.

La Razón es Occidente, como Grecia es Occidente.

Sin embargo, cuando parecía que estábamos a punto de alcanzar una era cosmopolita verdadera, la irracionalidad irrumpe y varias sociedades se vuelven hacia un nacionalismo crudo, suponiéndose excepcionales sobre los demás pueblos.

Los terraplanistas, los adoradores de la leche, porque es blanca como deben ser los hombres, los que, todavía, anhelan guerras santas, etc.

Por supuesto Internet contribuye a facilitar esta explosión irracional en toda la vida pública.

Los eventos irracionales se aceleran y son fugaces, para ser reemplazados por alguna otra irracional razón que circula de maneras impredecibles.

Hace más de diez años atrás la esperanza racional era que este foro mundial, Internet, funcionara como la esfera pública, como el lugar de la democracia deliberativa, y se tomarían las mejores decisiones por la deliberación democrática.

Sin embargo, la irracionalidad se impuso; un lugar oscuro que permite compartir abusos y compraventa de seres humanos.

Las personas que valoran la precaución y la reserva se sienten, con razón, de otra era, del mundo anterior desaparecido y del que quedan pocos rastros.

Sostener los medios gráficos, las bibliotecas, las pinacotecas, las salas de música, escribir libros, publicarlos, cursar carreras humanísticas. Somos un grupo arrinconado en las márgenes, como los que guardaban en sus memorias los libros que habían sido quemados en Farenheit 451.

No estamos lejos de Hipaso hace más de 2.000 años. Descubrió los números irracionales en el corazón de la geometría. Eso le costó la expulsión de los pitagóricos.

Nosotros descubrimos la irracionalidad en el corazón del algoritmo, ya que las fuerzas irracionales se lo apropian como armas para lograr lo contrario.

Hemos obtenido grandes trofeos por la razón, que aparecen destrozados a pesar de nuestras mejores intenciones.

Solo una minoría continúa hoy en la búsqueda de la lógica reguladora de lo cierto y lo falso.

El orden esencial para la buena marcha de las sociedades, que es la regla.

Estamos lejos de conseguir la unidad del intelecto humano.

Queridos lectores lo cierto es que en estos 2 milenios hemos aprendido que todo el amor al progreso, todo el trabajo en pos de la razón puede volverse atrás y dejarnos siempre en el punto de partida.