La Dra. Cecilia Grierson representa para la medicina actual, un símbolo de búsqueda, de sosiego y de perseverancia en la adquisición del conocimiento y la realización tanto personal como profesional.
Hablamos de una mujer nacida en 1859 en el seno de una familia de origen irlandés y escocés,
cuya incursión en un ambiente puramente masculino hizo repensar y deconstruir los parámetros fijados hasta su llegada.
En esta entrevista hablaremos con su biógrafo y entraremos en los pasajes más complejos, significativos e intrigantes de su vida y lucha.
Buenas tardes Guillermo, sos docente de comunicación, investigador y escritor tanto de ficción (cuentos) y poesía, como de notas periodísticas y ensayos en diferentes medios gráficos. Lo que nos convoca hoy es tu perfil de biógrafo y en este sentido, es una una gran posibilidad conocer sobre la Dra. Grierson desde tu mirada. ¿Cuál creés que es el motor que te llevó a investigar sobre su vida, tanto personal como académica?
Buenas tardes, espero ser motor también, para que las generaciones presentes y futuras, conozcan este legado tan auténtico que es el de la insistencia, la autenticidad, la ciencia (en este caso, ciencia, pero hablo del conocimiento como realización altruista) como camino de liberación y de ayuda.
A la pregunta sobre qué me motivó te puedo responder con algo más abarcativo, siempre me interesó conocer a las personas que estuvieron y están detrás de grandes descubrimientos, hallazgos científicos, o de tal proeza humana. Es decir, no sólo lo conseguido, sino quién es la persona que lo concreta, quién es su creador, su creadora. Un ejemplo es que en mi vida me deslumbró la teoría de la relatividad, pero más me apasionó quién la había pensado, o quiénes estuvieron detrás de la explicación de la mecánica del universo, desde Copérnico hasta Newton.
Particularmente, en Cecilia Grierson (y ya entrando en una curiosidad periodística) un poco por azar y un poco tratando de buscar alguna vida no tan conocida, me entero de que hubo una mujer, que no sólo era la primera médica argentina, sino que, por esos años (hablamos de 1889) por ese siglo, siendo estudiante y donde, en Argentina, había mucho por hacer (y quizás, en todo Latinoamérica) me impactó que fuera una mujer y argentina quien había logrado esa proeza. Quizás sin proponérselo, quizás sin tener el conocimiento del alcance que logró, pero al haberlo hecho, me impactó. Es sin duda un hito en la historia de la medicina mundial, no solamente argentina.
Es evidente que la historia de Cecilia es muy nutrida. Entendemos que el tiempo de realización de “Mujer Profana” es acorde con eso. En este sentido, ¿cuánto tiempo te llevaron la investigación y la finalización de la obra?
En ver la luz, tardó cinco años. La investigación fue muy minuciosa, creo que a medida que uno busca las cosas van tomándolo de la garganta o del pecho. De la garanta, cuando se presentan revelaciones que no pueden dejar de transmitirse y uno quiere de algún modo, que se conozcan en el momento en que las recibe, como si pidieran ser difundidas otra vez o de una vez; y del pecho, cuando pegan fuerte y en vez de decirlas es necesario dejar que aniden un tiempo, un poco egoístamente, ¿no? (risas), como si se las quisiera proteger.
Sí, cinco años (pensativo). Fui por varios archivos, distintas bibliotecas, incluso archivos familiares, y hasta tuve la suerte de que la familia me recibiera muy cálidamente y me regalara hasta la posibilidad de ver unafilmación de un saludo que Cecilia hace a una cámara, todo en blanco y negro, por supuesto.
Qué potente debe haber sido verle los gestos, sobre todo imaginar cuál habría sido el que hubiera adoptado al saber que la obra sobre su vida obtuvo una distinción ministerial. ¿Nos contás sobre esto?
Uy, sí… nunca me puse a pensar en eso, aunque sí tuve muchos diálogos ilusorios con ella mientras iba escribiendo y diagramando. Sí, obtuvo la resolución 1315 en el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación que recomienda su lectura en ámbitos académicos concernientes a la salud. En algunas carreras, especialmente de enfermería fue adoptado hace un tiempo como material de lectura. Creo que ella se merece seguir en un ámbito, que aún, me atrevo a decir, sigue teniendo preponderancia femenina. Lo digo desde la experiencia de haber trabajado muchos años en una universidad en el área de estudios de la salud y teniendo presente esta particularidad. Es curioso, porque Cecilia fundó la Escuela de Enfermeras del Círculo Médico Argentino.
Es interesante esto que comentás, ¿te parece que haber sido mujer gravitó en tu interés por la investigación?
¡Sin dudas! En ese tiempo las mujeres estaban relegadas a tareas domésticas y religiosas en su mayoría. De hecho, las que querían entrar en la esfera de trabajos, estudios, realizaciones literarias lo tenían vedado. Muchas escritoras usaron apodos masculinos para poder editar sus obras. Como ejemplos tenemos a las hermanas Brontë, Mary Shelley (primero editó Frankenstein con el nombre de su esposo, Percy Shelley), George Eliot… En Argentina estaban las hermanas Ocampo, Alfonsina Storni, Alejandra Pizarnik, pero, así y todo, en un número muy menor a los exponentes masculinos. Incluso las historias de mujeres que nos llegan al presente, de las que podemos investigar o leer o comprar sus biografías,son muy pocas en porcentaje. Un ejemplo de ellas es Julieta Lanteri, la primera sufragista de toda Sudamérica. Hizo un simulacro de sufragio femenino en 1920, o sea,cuarenta años antes de que la mujer tuviera la posibilidad de votar, es decir, de que fuera ley el voto femenino.Un momento de increíble turbulencia y lucha por dar voz y espacio al pensamiento de la mujer. Sí, es un motivo que me interpeló, deliberadamente.
De algún modo, Cecilia mantiene un sesgo de lo que se esperaba para una mujer, es decir, fue maestra antes que doctora y cuando se doctoró lo hizo en ginecología, ¿pensás que se debe a los tiempos que corrían o a un interés genuino?
Definitivamente, a los tiempos que corrían. En un área que siempre había sido transitada por varones era muy difícil hacer camino. En el caso de una mujer era, de algún modo, lo más “adecuado” para progresar en este campo. En la biografía comento que en esa coyuntura era abrir un poco el espacio para que dieran crédito a la idoneidad femenina. Una especie de salvoconducto.
¿Qué de su persona, de su vida, está presente hoy en la medicina ejercida por mujeres? ¿Notás algún legado?
Que lo que se conoce como techo de cristal en la vida profesional de cualquier mujer, es factible de ser traspasado. Hay fuerza, conocimiento, inteligencia y sobre todo voluntad en las mujeres para continuar, para persistir y para seguir conquistando espacios en la sociedad moderna.
Guillermo, ¿por qué elegiste el género biográfico para contar su historia? ¿Cuál fue tu mecanismo de escritura?
Una biografía no explica una vida, apenas intenta acercarse a eso que se llama existencia. Para mí, una biografía, o toda biografía, de un benefactor de la humanidad, como lo fue Grierson, puede resultar un faro que nos indica dónde están los arrecifes de corales para no encallar y dónde, el mar abierto para llegar a buen puerto.
En cuanto a los mecanismos de escritura, más allá de la investigación metodológica, le integré algunas pinceladas de estilo literario (obviamente, sin faltar a la verdad) tratando de generar una atmósfera inmersiva. Una obra biográfica no debe utilizar como herramienta el discurso informativo solamente, sino también cuestiones literarias y ensayísticas.
Para cerrar queremos develar el sentido del título, ¿por qué “Mujer Profana”?
Mujer profana se debe a la acción de haber tomado el conocimiento que, hasta el momento, estaba negado a la mujer. En la introducción escribí algo así como que “venció inercias cuando propuso un cambio de paradigmas”, incluso fue la primera mujer argentina que escribió libros de temática médico-científica. Por eso, en el término “profanar” hay un significado que se ajusta a lo que apunto, que es “debilitar”. Ella, con fuerte convicción, debilitó cada uno de los estamentos sociales sobre los que se impuso y se hizo fuerte.
Una palabra muy simbólica para terminar esta entrevista. Te agradecemos por tu tiempo y por tu obra.
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