Cuando el artista rasga los velos del olvido. La novela de la escritora cordobesa Teresa Andruetto, “La Mujer en Cuestión”, sobre la vida de una activista secuestrada en centro de detención clandestino ha servido de inspiración para el cortometraje homónimo de Luis Imohff,  donde el realizador rescata el desamparo, la culpa, el olvido y el exilio personal de la protagonista.   La memoria juega un rol constitutivo de la propia identidad pero a la vez sufre la fragilidad de las contingencias de la temporalidad.

 

Luis sos poeta, realizador, director de cine y ahora estás trabajando en el Programa de la memoria del CEA (Centro de Estudios Avanzados de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba). Y de algún modo, este nuevo trabajo tuyo sobre la obra de María Teresa Andruetto, La mujer en Cuestión, se inscribe justamente en lo que tiene que ver con la investigación en memoria ya que retoma el tema de la identidad.

Dentro de la faceta audiovisual, a partir de la tesis de grado, me invitaron a formar parte primero de un proyecto de investigación sobre la memoria sociocultural en la Facultad de Artes, y desde  de ahí, en el CEA, que desarrolla un programa más amplio, iniciado por HéctorToto Schmucler, referente importantísimo en Córdoba en investigación en el tema de memoria.

Pienso que estas temáticas te cruzan y se continúan en tu vida.  Comenzás a mirar la realidad desde ese punto, y recuerdo aquí a  Walsh  cuando decía que si no tejemos estos puentes históricos empezaremos a ver cada lucha como una lucha nueva, como si no hubieran existido luchas anteriores y entonces la memoria pasa a ser de los dueños de todas las cosas.

Tenemos la convicción con las personas con las que trabajamos, entre ellas Mónica Medina la productora creativa con quien trabajo en conjunto, que esa precisamente es la tarea.

El Conversatorio que hicieron en la Facultad en 2017 ya tenía como temas memoria y cuerpo, memoria y salud, memoria y educación; ya en ese sentido se habló de recuperar la memoria, de traer el tema a hoy, en tiempos de negacionismo.

El trabajo anterior había sido un largometraje documental, Vida y militancia, sobre la historia de vida de un militante montonero de acá de Córdoba.  Cuando terminamos surgió la expectativa de seguir hablando sobre ese período histórico, pero desde la ficción.  Ahí fue cuando una persona muy querida Daniel Gonella, de esos armadores que van tratando de juntar gente con gente, me acercó el libro de María Teresa Andruetto.  Esto fue en el 2018, ahí tuve un primer encuentro con la Tere, que desde el primer momento estuvo dispuesta a trabajar sobre su obra, recibiendo versiones y revisando y así nació la construcción de este cortometraje.

Cuando me dieron el libro me lo leí en un viaje a Comodoro (Rivadavia) en el micro y lo traje de vuelta todo marcado.  En el 2018 ya “vi” la primera escena con la música tal como quedó.

En el corto hay una reinterpretación de algunos personajes, incluso hay algunos que no están en el libro de Andruetto ¿Cómo fue esa transpolación?

Con respecto al guion sí, hay un personaje que está modificado. Es el informante que en notas al pie en el libro se dice que alguien que busca su identidad lo contrató, tal vez tres mujeres y una de ellas podría ser Eva.  Nosotros pusimos a un joven buscando su identidad, y ese cambio fue el clickde idas y vueltas de versiones de la adaptación.  Con eso encontramos el guion.

No hay una respuesta en la película, hay dos búsquedas y un encuentro que es lo que quisiéramos propiciar. Cuando uno piensa en grietas, lo que quisiera propiciar es el encuentro.   Esos son puentes de memoria, no de historia, sino puentes en la memoria, es intentar construir una sociedad con más encuentros. Es lo que quisimos retratar hacia el final de guión.

A pesar de los 40 años que pasaron, porque estamos hablando de mujeres que hoy andan por los sesentas, ¿pensás que siguen existiendo historias que aún no fueron contadas con relación a la identidad y a la memoria? Sobre todo contadas a través de las miradas femeninas en las representaciones literarias,  en este caso por María Teresa Andruetto ¿sentís que todavía hay cosas que se han callado o  que merecen relecturas?

Sí, lo siento necesario.  Aunque se ha abordado mucho ese período desde la literatura, el periodismo, los medios, son temáticas que el cine no había tratado tanto y creo que siempre es necesario volver sobre el tema y más aún desde los regionalismos, en este caso Córdoba.

En algunas charlas que tuvimos con la Tere (María Teresa Andruetto)  pensamos que la memoria implica capas de significados y hay una necesidad de reconstruir significado sobre significado.   No es lo mismo lo que quise decir hoy en el corto sobre La mujer en Cuestión que lo que quiso decir la Tere cuando lo escribió.  En esa sumatoria de puntos de vista que se relacionan con lo espacio- temporal, porque van cambiando, ahí está la memoria.  En esa suma, en esa construcción.  De otro modo,  nadie podría volver a tocar una chacarera o un tango.

Es la construcción de la memoria colectiva, de alguna manera.

Claro, y ésa es la dinámica que uno puede pensar que tiene y que lo vincula y lo diferencia con otro momento de la historia.  La historiografía ha avanzado y tiene hoy muchas aristas pero  depende de la documentación. En cambio, la memoria depende de lo registrado en la sensible de la cultura.

En cuanto a esa documentación, el investigador va reportando a alguien que está entre las sombras y que nunca sabemos quién es y ustedes, como realizadores, también tuvieron que recopilar información además de la del investigador, incluso de los lugares en los que filmaron ya que estuvieron en cinco locaciones diferentes.

Una de las locaciones fue (el centro clandestino de detención)  La Perla.  Fue la primera vez que allí se filmó ficción.  Trabajamos como equipo desde ese concepto, intentando poder retratar la emotividad del espacio.  En un equipo reducido, tratando de concentrar mucho lo que es la disgregación de un rodaje y tratar de ser conscientes de lo que significaba el lugar. Con el equipo técnico y artístico hicimos un recorrido previo por el lugar. Además trabajamos en el Hospital Clínicas que es un sitio referente de lo que fue la movida estudiantil de ese período.  También en el Pasaje Scavuzzo,  en el centro de Córdoba.  Ahí, mientras pintábamos grafitis para una escena, pudimos hablar con los vecinos que nos autorizaron la pintada y mientras les contábamos que al día siguiente íbamos a filmar un secuestro, un muchacho nos relató que recordaba que en ese Pasaje había ocurrido efectivamente, un secuestro.

Debe haber sido muy fuerte para vos y para tu hija que es la protagonista, filmar la escena del secuestro.

Lo trabajamos mucho con  Ricardo Ryser el director de actores, que lo encaró desde la respiración, lo corporal,  para poder distanciarse de la situación.  Con Lara tenemos una relación muy cercana, vivió de cerca toda la escritura del guion y, si bien como padre había un poco de miedo al principio de que quedara esa carga emotiva en el cuerpo,  ella lo pudo gestionar muy bien, incluso en la escena del parto;  todo fluyó.

 

 

Hay un momento en la novela donde el segundo marido dice que Eva no le tenía miedo a nada, pero a la madre le preocupaba que tuviera que tomar un colectivo en la zona roja, que es ese Pasaje del que hablabas.  A partir de esto, ya que no era solo el miedo al secuestro sino el miedo por ser mujer, ¿hay una reivindicación de la mujer en cuestiones de pérdida de miedo?

El guión primero fue pensado para largometraje,  pero no calaba en los circuitos de fomento en ese formato.  Por eso quedaron afuera algunos personajes como el de Rodríguez y su madre con Alzheimer.  Creo que el valor de La mujer en Cuestión es que no sabemos si Eva tiene o no tiene miedo, si estaba convencida de lo que hacía o no. Tampoco se sabe en la novela si tuvo el hijo o no.  Esa disputa en la mirada de los otros es lo que le da valor a Eva. De alguna manera, también me costaría afirmar si era una mujer de armas tomar o si sólo lo siguió a Aldo porque es humana.

En esa ambigüedad está el valor de la obra: en la construcción de la mirada de los otros y en la posibilidad de que tu héroe tenga bemoles que se lo dan esas otras miradas, porque es muy breve el tiempo en el que el informante se sienta a hablar con Eva. Tiene la voz al final y se conserva con parte de los diálogos textuales.  Ahí, ella muestra que tenía miedo y a la vez que era una persona decidida.

Incluso ella ya nace con una contradicción hacia su padre que era ultraradical. Se llama Eva porque su madre quiso ponerle ese nombre.  Lleva la carga y la libertad de esa misma contradicción.

Sí, sin duda. Esa contradicción que está en Eva está en nuestra historia política y social argentina y también esa contradicción, según la propias palabras de (Rodolfo) Kusch, está en América.

De ahora en más, ¿cuál es el derrotero del corto?¿Tenés pensado presentarlo en algún Festival?

Antes te quiero contar del elenco artístico y técnico que es de Córdoba y que trabajó con muchísimo amor.  En el elenco artístico están Ana Tenaglia, Ricardo Bertone, Irene Gonnet, Artemia Barrionuevo, Gabo Pérez.  En el equipo técnico están Caro Bravo y Mauro Cheschin en arte,  Ceci Rivera de Neuquén en fotografía con Julia Motich, China en producción, Lucas García en sonido, Lucas Rosa en asistencia de dirección. Es necesario traerlos a todos ellos porque son quienes hicieron posible este corto.

Con relación a la pregunta, la primera idea era estrenar en el marco de la Semana de la Memoria de 2023, pero se fue pasando y lo proyectaremos para  2024.  Pero como los cortometrajes no tienen que estar estrenados para participar de algunos festivales, lo estrenamos en el Centro Cultural Comunitario La Piojera que tiene que ver mucho con la historia de ese período, porque era el cine de los estudiantes de esa época en el barrio Alberdi, cerca del Hospital de Clínicas.  Fue un momento hermoso a sala llena.  Contamos con la presencia de Lucas Heredia que es el músico que hace la adaptación del tema del cortometraje y lo tocó en vivo al finalizar la proyección.  Quedó gente afuera y tuvimos que hacer una segunda función.

Además en Buenos Aires hay festivales que nos interesan  como el FICIP (Festival Internacional de Cine Político), en el que hemos participado con  “Vida y militancia”.   También nos interesa ponerlo a disposición para espacios de educación, esto lo hemos conversado mucho con la Tere y con gente de La Perla, ya que es un material que si de alguna manera contiene escenas dolorosas, no cae en golpes bajos y pensamos que puede servir para llevar la temática a aulas de la secundaria. Por eso  lo vamos a subir a las redes a mediados de diciembre y principios de enero.  Pensamos estrenarlo en distintos espacios en la Semana de la Memoria del 2024.

También escribís poesía por ejemplo en Lástima los Parques.

Si es otro berretín más antiguo que traigo de cuando vivía en la Patagonia, había un movimiento Canto y Poesía Patagónica, y salíamos por los pueblos a hacer recitales y luego cuando me puse a estudiar cine dejé de escribir poesía y lo retomé hace unos años.

Es que el artista respira arte por todos sus poros.

Deleuze dice que toda idea nace de una necesidad,  tenés que necesitarlo. Así se construye desde abajo.

 

Sería más que importante que los chicos tengan acceso a este material desde la literatura y desentrañar los mecanismos que lo llevaron a una versión de cortometraje.

En ese sentido estamos con los chicos de La Perla que tienen un trabajo tremendo sobre lo que es la pedagogía  de la memoria y pensamos en armar algún cuadernillo de acompañamiento.

Me quedó preguntarte la trascendencia de Eva hoy.  Porque parecería que en la novela Eva quiere quedar recluida y  dejar atrás esa historia más que revivirla y seguir combatiendo. En el corto da la impresión que es todo lo contrario; no queremos dejar atrás la historia ni de Eva ni de La mujer en cuestión sino que trascienda.  ¿Te parece que es así la diferencia entre esa Eva y ésta?

Sin duda no es la misma Eva, no cambia de espacio pero sí la actitud es diferente, pero sí tiene que ver con el reencuentro.  Esa necesidad de reencuentro la hace salir de la reclusión.

Sobre todo porque La Piojera se llenó. Lo que ocurre ahí  trasciende lo físico, hay una nueva Eva, una nueva personalidad que se forma a partir de lo visto en el corto, de lo leído.  Es esa identidad que se quiere rescatar hoy, tanto en la novela como en el corto, es recuperar esa memoria en el presente.

Sí.  En ese sentido hubo dos situaciones que me sorprendieron mucho y que me hicieron muy bien.  Una fue que la Decana de la Facultad de Arte (de la Universidad de Córdoba), yo trabajo allí en una prosecretaría,  Ana Mohaded que estuvo detenida en La Perla mucho tiempo y que declaró en los juicios siendo muy jovencita, tuvo unas palabras muy gratas para con el corto, dijo que lo veía como político y poético a la vez.  Lo que me reconfortó por venir de alguien que había pasado por esa situación.  Por otra parte, invitamos a Madres al estreno pero justo dos días antes falleció Sonia Torres. una referente de Abuelas de acá de Córdoba tomó el micrófono y tuvo palabras muy elogiosas.

Porque es la Eva que persiste, es como una mujer arquetípica, por eso se llama Eva.  Esa es la Eva que nos queda a todas,  que llevamos adentro sobre todo las mujeres de mi generación que lo vivimos muy de cerca,  está siempre presente en el aquí y ahora. Es la Eva que persiste en todas nosotras.

Santiago San Paulo, uno de los actores,  hizo una adaptación para teatro del cuento Los Ahogados de la Tere que es muy recomendable.  También está la adaptación teatral de Lengua Madre, por Laura Ortiz.  No es casual que sea la obra de la Tere la que se deja adaptar de esa manera.

Es imprescindible que a los jóvenes les llegue hoy esta temática para reconstruir la memoria y desde la figura de una joven que es la protagonista.

Esperemos que pueda llegar a los jóvenes y tenga ese camino, que sirva como un pequeño aporte para la construcción de la memoria.

La construcción de la memoria es  una lucha y una disputa hacia adelante, sin lugar a dudas. Construir memoria es luchar hacia adelante.

Ahora estamos en un momento complicado.  Ojalá que Eva salga y acompañe la reconstrucción de ese tiempo pasado.

bio

Luis Eduardo Imhoff (Neuquén, 1978) vivió en Comodoro Rivadavia –integró el movimiento Canto Fundamento de Música y Poesía Patagónica– y reside en Córdoba. Poeta, guionista y realizador audiovisual.  Egresado de la Licenciatura en Cine y TV de la Facultad de Artes de la Universidad de Córdoba.  Autor del mediometraje “Siempre que Paró… Llovió”, presentado en el Festival de Cine de Mar del Plata (2003) y dirigió el largometraje documental “Vida y Militancia”, que participó del Festival Internacional de Cine Político de Buenos Aires (2016). Fue Asistente de Dirección en los cortometrajes “Habitaciones Vacías”, de Luciano Giletta (Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, 2004) y “Comodoro”, de Lucía Puenzo, que integró el largometraje “Malvinas, 30 miradas”. Entre 2011 y 2014 fue productor de Canal 9 de Comodoro Rivadavia, donde produjo programas como “El Faro, Artecultura”. Se desempeña en la Prosecretaría de Relaciones Internacionales de la Facultad de Artes,  es investigador adscripto al Programa de Memoria del CEA (Centro de Altos Estudios) de la Facultad de Ciencias Sociales, además de desarrollar diferentes proyectos literarios y audiovisuales.